El puerperio es una maravillosa oportunidad para abrir esa puerta al inconsciente, asomarte dentro y acceder a partes de nuestra sombra que se separo cuando no podíamos entender ni asumir la situación que estábamos viviendo.
Hay algunos puntos que no se suele mencionar pero quizás te resulta familiar: llega la tranquilidad de la noche el bebe se despierta mama y continua durmiendo, mientras que tu estas en un estado intermedio Tu mente se pasea por situaciones o pensamientos del día anterior. Notas una lucidez especial, puedes captar con mucha claridad detalles sobre la gente, sus actitudes y sus intenciones, estas muy sensible, sabia, conectada y recordando algún comentario de tu suegra o tu madre y hay algo en ello que en el fondo te incomoda y no suele irse de tu mente.
La noche sigue avanzando todos duermen en casa y tu continuas dándole vuelta al pensamiento y te hace sentir incomoda, con escalofrió algo que no sabes como describirlo, aunque no se lo mencionas a nadie esta presente, pasan las horas y te das cuenta que esa sensación no es nueva, vienen diferentes recuerdos con tus ex parejas, en la universidad, el colegio una tras otra con mucha facilidad con sensaciones similares.
Y de repente desde lo más profundo de tu ser, te viene un recuerdo mucho más antiguo. Algo de lo que no te acordabas, pero que aflora en esos momentos. Siendo muy pequeña, ya se te encogía el estómago cuando tu madre te dejaba llorar en tu cuarto a oscuras durante las noches y por mas que llorabas ella no acudía a ti, tu solo querías estar con tu madre pero ella te decía que te ama pero que ya eras grande y debías dormir sola en tu cuarto pero tienes una osito que te acompaña.
En ese estado especial de conciencia, tu mente va saltando del presente al pasado y viceversa. Te das cuenta de actitudes que has ido repitiendo a lo largo de tu vida, cosas que no te gustaban, pero que pensabas que formaban parte de ti. Ahora ves que quizás no es la genética la que te ha hecho así, sino que era una manera de reaccionar ante una situación que no podías manejar y que ese patrón de conducta se ha quedado grabado en tu interior.
Como diría Laura Gutman, has tenido un “encuentro con tu propia sombra”. Has podido entrar en ese cuarto oscuro y sacar una parte tuya que habías relegado allí cuando eras muy pequeña.
Cuando éramos niñas y ahora de adultas, para poder sobrevivir, nos quedamos solamente con lo que nos decía nuestra madre, que nos quiere, dio cobijo y lo que sentíamos la que no me entiende ni sabe cómo me siento entre otros lo borramos de alguna manera sin poder acceder rápidamente a ello pero se proyecta sobre mí y son patrones de comportamiento que siguen presentes en nuestra vida adulta.
Llegado a este punto, y en tu estado de lucidez puerperal, tienes dos opciones:
Puedes dormirte y despertar al día siguiente con la sensación de haber tenido una intuición importante, pero que se ha ido, como pasa cuando sabes que has soñado algo y no lo recuerdas.
Si lo dejas pasar, ese patrón de conducta seguirá presente y continuarás reaccionando igual que la niña ante determinadas situaciones.
O bien, puedes seguir la segunda opción, aprovechar ese estado especial del puerperio en el que te hallas y prestar atención a esos encuentros con tu sombra. Hay algo en tu interior que sabe que esos patrones te hacen daño, que no quieres seguir repitiendo los mismos esquemas que la niña tuvo que adoptar.
Si escogiste la segunda opción, cuando se den estas situaciones de claridad mental, podrás conectar con esa niña, acompañarla, escuchar lo que realmente siente con respecto a la actitud de su madre. Podrás dejar que se exprese, que libere ese pellizco que tiene en el estómago y le digas a tu madre lo que piensa de verdad.
Todas esas intuiciones y recuerdos que te vienen en el puerperio son mensajes de tu inconsciente que está pidiendo que cambies ciertas actitudes en tu vida.
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Como ha sido el encuentro con tu propia sombra??
Fuente: http://www.mentelibre.es y La maternidad y la propia sombra de Laura Gutman