Es cierto que es una operación que ha mejorado mucho en su seguridad, por los avances conseguidos en anestesia, técnicas quirúrgicas, prevención de infecciones o sangrados puerperales, de modo que los ginecólogos se sienten cómodos cuando les toca realizarla y a pesar de todo, tiene más riesgos que el parto natural.

Por lo tanto, cuando está correctamente indicada, la cesárea protege la salud de la madre y el feto, es importante que procuremos conseguir que el parto transcurra de la manera más natural posible.

En la actualidad en Venezuela en los hospitales los partos vaginales suelen ser común pero en la mayoría de las clínicas lo común es nacer por cesárea en un 80% incluso mas.

La elección de someterse a una cesárea no debe recaer en la mera planificación del día del parto o el simple hecho de querer evitar el nacimiento del bebé por su vía natural, la vía vaginal. Pese a que en algunos países se realiza cada vez más a petición de la madre, esta decisión debería ser tomada en base a motivos clínicos, no personales, ya que de este modo la técnica pierde su efecto benéfico de salvar vidas de madres y recién nacidos.

La cesárea, a pesar de su alta seguridad, no está exenta de complicaciones. Los riesgos asociados a esta cirugía pueden dividirse en función de si pueden afectar a la madre o al futuro bebé.

1. Riesgos para el recién nacido

  • La mayor dificultad respiratoria y de adaptación neurológica, sobre todo en prematuros
  • Riesgo de padecer alergias futuras es mayor, al no colonizar las bacterias de su madre al pasar por el canal vaginal.
  • Lesiones derivadas de una dificultad en su extracción de la barriga, que son más frecuentes en prematuros y cuando se encuentran de nalgas.
  • Permanecer las primeras horas y los primeros días durante varias horas alejados de su madre, y eso no es aconsejable.
  • El parto vaginal libera una serie de hormonas (oxitocina y prolactina, las hormonas de la lactancia) en las primeras 48 horas del posparto que ponen en marcha la producción de leche. Sin embargo, tras una cesárea, el nivel de estas hormonas es menor.
  • Una cesárea causa mayor estrés al recién nacido que un parto vaginal, por eso puede que esté más intranquilo y lloroso las primeras horas, lo cual, a su vez, intranquiliza a la mamá.
  •  La creencia, errónea, de que la madre necesita descansar y, por lo tanto, se debe alejar al bebé las primeras 24 horas para que se pueda recuperar, tiempo durante el cual será alimentado con biberón.

2. Riesgos para la madre

  • Pérdida de sangre. Es una de las más frecuentes. En la mayoría de los casos se soluciona con medicamentos que ayudan a que el útero se contraiga y deje de sangrar. En algunas situaciones estas pérdidas necesitarán ser corregidas mediante el uso de transfusiones. En los casos más extremos, cuando las pérdidas de sangre son muy severas e incontrolables, se puede indicar la extirpación del útero con el objetivo de parar el sangrado.
  • Infecciones en el útero (endometritis) que afectan aproximadamente al 5%
  • Complicaciones que afectan a la herida quirúrgica, como infecciones (2.5 -16%), la aparición de hematomas o de seromas, que pueden retrasar el cierre de la herida y la cicatrización de la misma.
  • Infecciones de orina (afectan hasta el 16% de los casos), y el íleo paralítico (inmovilización intestinal)
  • Daños en órganos y estructuras cercanas

Existen una serie de riesgos mucho menos frecuentes que pueden implicar una mayor gravedad y precisar de tratamientos posteriores más complejos, como por ejemplo:

  • las lesiones en el aparato urinario, fundamentalmente la vejiga (que puede llegar al 1% cuando existe un parto por cesárea anterior),
  • lesiones de algunos vasos sanguíneos,
  • la aparición de coágulos que pueden alterar la circulación normal produciendo tromboflebitis y/o trombo embolismos.
  • la apertura de los tejidos cerrados durante la operación
  • la aparición de hernias en la zona tras la cirugía
  • cuadros de adherencias, es decir cuando las vísceras o las trompas se pegan produciendo obstrucciones intestinales y/o tubáricas. Cuando estas adherencias se producen en las trompas pueden llegar a producir problemas de fertilidad en futuros embarazos.
  • otros riesgos y consecuencias en función de la situación clínica de la mujer y de sus circunstancias personales. Pueden existir determinadas circunstancias que aumenten la frecuencia y gravedad de los riesgos y de las complicaciones mencionadas, como por ejemplo si padeces alguna enfermedad importante previa al embarazo. Para ser valoradas adecuadamente, no olvides informar a tu médico/matrona si posees alguna alergia medicamentosa, problemas de coagulación, enfermedades importantes, si estas tomando alguna medicación actualmente o ante cualquier otra circunstancia.

Foto y fuente http://www. ramonusandizaga.com / https://www.matterna.es